Para conocer los secretos de la argumentación, tan importante es leer y analizar textos argumentativos, como argumentar, es decir, escribirlos.
abogados de la defensa y abogados de la acusación
Las redes, ¿sociales?
Twitter, Facebook, Instagram. Las redes sociales han entrado en nuestras vidas haciendo que cada vez seamos más dependientes de ellas. Hasta tal punto ha llegado esta dependencia que cada día más gente acude a centros para desintoxicarse de la fiebre 2.0. Las redes sociales nos van alejando a un mundo online y nos quitan actividades como dar paseos en bici, leer un libro o tomar un café con otra persona. A cambio, los usuarios preferimos quedarnos en casa tuiteando. Qué razón tenía Albert Einstein cuando temía que un día la tecnología sobrepasase nuestra humanidad. Ese día ya ha llegado y deberíamos replantearnos cuánto tiempo perdemos “en línea”.
"Que venga Freud y lo vea" (adaptación).
En nuestros medios de comunicación hay algunos asuntos recurrentes hasta la náusea, que podríamos calificar de verdaderas obsesiones nacionales. Pero lo peor y más grave de estas fijaciones no son ellas en sí, sino el tiempo y el espacio que roban a cuestiones en verdad vitales que nos afectan a diario sin hallar el menor reflejo periodístico.
¿Se han percatado ustedes de la cantidad de horas que dedican las televisiones públicas (las privadas estarían más en su derecho) a lo que se conoce como “vida social” o “cotilleos del corazón”, esto es, a las conyugalidades y extraconyugalidades de los así llamados “famosos”? Uno enciende el aparato a cualquier hora y se encuentra con inaudita frecuencia a un montón de individuos con aspecto de fenómenos de feria que rivalizan entre sí por resultar más venenosos, zafios, maldicientes, soeces, lenguaraces e idiotas. Es llamativo lo que tarda uno en distinguir a quienes son periodistas de quienes son los supuestos “famosos”, pues todos gastan las mismas ropas amamarrachadas y la misma sintaxis analfabeta. Todos los presentes se expresan con dificultad, no ya por su carencia de vocabulario y su ignorancia gramatical, sino porque exhiben unos labios semiparalíticos de tan inflados o siliconados. Algunos ni siquiera se atreven a sonreír, porque si lo hicieran empezarían a abrirse grietas abismales en sus acartonados rostros. Hablan durante horas de operaciones frankenstinianas, bodas, embarazos, nacimientos, bautizos, algún entierro, primeras comuniones y sandeces por el estilo.
Lo más grave, con todo, no son los dos mil programas y revistas sobre estos asuntos tan deprimentes (sobre todo para quien ha leído o conoce historias en verdad apasionantes, llenas de misterio y tragedia), sino que los telediarios –Señor, las noticias- consagren cada vez más minutos a informar sobre semejantes sordideces.
Lo mismo ocurre con el fútbol. Miren que a mí me gusta, pero no es de recibo que la mitad de un noticiario se emplee en dar cuenta del estado de la uña del dedo gordo del pie derecho de tal jugador, o en las declaraciones de tal dirigente o tal presidente de tal club.
Y así un día tras otro, sin protesta ni pausa, en detrimento de lo que importa. Si éste no es un país enfermo, que venga Freud y lo vea.
¿Se han percatado ustedes de la cantidad de horas que dedican las televisiones públicas (las privadas estarían más en su derecho) a lo que se conoce como “vida social” o “cotilleos del corazón”, esto es, a las conyugalidades y extraconyugalidades de los así llamados “famosos”? Uno enciende el aparato a cualquier hora y se encuentra con inaudita frecuencia a un montón de individuos con aspecto de fenómenos de feria que rivalizan entre sí por resultar más venenosos, zafios, maldicientes, soeces, lenguaraces e idiotas. Es llamativo lo que tarda uno en distinguir a quienes son periodistas de quienes son los supuestos “famosos”, pues todos gastan las mismas ropas amamarrachadas y la misma sintaxis analfabeta. Todos los presentes se expresan con dificultad, no ya por su carencia de vocabulario y su ignorancia gramatical, sino porque exhiben unos labios semiparalíticos de tan inflados o siliconados. Algunos ni siquiera se atreven a sonreír, porque si lo hicieran empezarían a abrirse grietas abismales en sus acartonados rostros. Hablan durante horas de operaciones frankenstinianas, bodas, embarazos, nacimientos, bautizos, algún entierro, primeras comuniones y sandeces por el estilo.
Lo más grave, con todo, no son los dos mil programas y revistas sobre estos asuntos tan deprimentes (sobre todo para quien ha leído o conoce historias en verdad apasionantes, llenas de misterio y tragedia), sino que los telediarios –Señor, las noticias- consagren cada vez más minutos a informar sobre semejantes sordideces.
Lo mismo ocurre con el fútbol. Miren que a mí me gusta, pero no es de recibo que la mitad de un noticiario se emplee en dar cuenta del estado de la uña del dedo gordo del pie derecho de tal jugador, o en las declaraciones de tal dirigente o tal presidente de tal club.
Y así un día tras otro, sin protesta ni pausa, en detrimento de lo que importa. Si éste no es un país enfermo, que venga Freud y lo vea.
El MICRO COSMOS VIRTUAL, donde la presencia real del otro no es aparentemente necesaria, no hay que esperar para comunicarse, la tecnología nos da acceso de forma inmediata, el canal siempre permanece abierto.
La VIRTUALIZACIÓN DESVIRTUALIZA, anula la individualidad, propicia conductas adictivas que llevan al aislamiento. Con las prisas, la satisfacción inmediata, el tener todo al alcance de la mano, si el mundo virtual se convierte en el proveedor de todo al momento... ¿Es posible la constitución de seres autónomos, creativos, que imaginan y sueñan, sin esa distancia entre lo que tengo y lo que quiero? ¿Qué lugar tendrá el deseo, la búsqueda... la magia del camino? ¿La vida tendrá sentido? |
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Texto 7 de la actividad 6
AUDIO ACTIVIDAD 23
FRAGMENTOS DE AUDIO: ACTIVIDAD 35
FRAGMENTO 1
FRAGMENTO 4
FRAGMENTO 7
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actividad 39
FRAGMENTO 9
Tras consultar todos los argumentos tanto a favor como en contra del uso de las tecnologías que aporta tanto el libro de texto como los diversos materiales audiovisuales que hayáis consultado, tenemos que completar la tarea en dos pasos:
1- Primero, elaborar una lista de al menos cinco argumentos de diferente tipo de entre los mencionados (deducción lógica, autoridad, citas, datos y ejemplos, analogía, primera persona, consecuencias, emotividad, etc.) a favor o en contra del uso de la tecnología. Los testigos de la acusación y de la defensa se encargarán de defender cada uno de estos argumentos durante el juicio. Para la exposición de los diversos argumentos crearemos un muro virtual de nuestra clase mediante la herramienta Padlet.
1- Primero, elaborar una lista de al menos cinco argumentos de diferente tipo de entre los mencionados (deducción lógica, autoridad, citas, datos y ejemplos, analogía, primera persona, consecuencias, emotividad, etc.) a favor o en contra del uso de la tecnología. Los testigos de la acusación y de la defensa se encargarán de defender cada uno de estos argumentos durante el juicio. Para la exposición de los diversos argumentos crearemos un muro virtual de nuestra clase mediante la herramienta Padlet.
Haciendo click en la imagen podéis acceder a información referente al uso de esta herramienta
2. Redactar el texto argumentativo (bien a favor o en contra) que te servirá como exposición inicial como abogado en el juicio. Para la redacción deberás tener en cuenta las pautas que se establecen en la ACTIVIDAD 31 y 32 así como el cuadro de LAS PAUTAS PARA LA INTERACCIÓN de la página 205).
Para escribir el texto, os recomiendo que antes de lanzaros a escribir, os paréis a pensar en todos los argumentos posibles para defender vuestra tesis (a los cinco que habéis buscado antes podéis añadir más). Recordad que en clase hemos mencionado muchos tipos que suponen otras tantas posibilidades (deducción lógica, autoridad, citas, datos y ejemplos, analogía, primera persona, emotividad, etc.), aunque puede haber muchos más. Podéis hacer una "lluvia" de ideas previa, sin orden, pero tomando nota (ver las cosas "negro sobre blanco" ayuda siempre a clarificarlas y ordenarlas). También podéis intentar pensar argumentos que puedan rebatir los dados en estos textos, u otros posibles contrarios a lo que vais a defender.
Luego pensad un orden, una estructura, deductiva o inductiva. Podéis empezar dejando clara vuestra tesis general, para luego ir desarrollando, de forma ordenada y coherente, enlazándolos por nexos y dividiendo en párrafos, los argumentos que antes habíais pensado; o bien podéis empezar dando argumentos concretos, para finalmente presentar vuestra tesis como una conclusión que se deduce de todo ello. En todo caso, recordad que lo más útil es empezar por una introducción, seguir por un desarrollo claro y ordenado, y terminar con una conclusión en la que reforcéis o destaquéis aquello que creáis pueda resultar más convincente (que es vuestro objetivo al argumentar: convencer al que os lee, "venderle" que tenéis razón... y que os lo compre).
Una vez que tengáis los argumentos y la estructura, lanzaos a redactar con el objetivo claro de convencer. Para ello es primordial que "enganchéis" al jurado (nada de ser aburridos o confusos). Intentad llamar su atención y que se meta en vuestro razonamiento. Luego, debéis hacerle pensar como vosotros pensáis, y para eso están los recursos retóricos: metáforas y comparaciones llamativas, elocuentes, expresivas, que destaquen una idea o apelen a la emotividad, interrogaciones retóricas para que se plantee lo mismo que vosotros os planteáis, adjetivos que hagan atractiva o contundente vuestra opinión, ironía, efectos humorísticos, enumeraciones enfatizadas por anáforas o paralelismos... Cuidad mucho, muchísimo, el final del texto (esto lo saben muy bien políticos y abogados, por ejemplo), porque si en otras cosas la primera impresión es la que cuenta, en las argumentaciones suele ser la última, que es la que da el "sabor" con el que el lector se va a quedar en la boca.
Una vez que tengáis vuestro texto, es el momento de elegir un título, que (ya lo veís en los ejemplos), es conveniente también que sea lo más llamativo y elocuente posible.
Luego pensad un orden, una estructura, deductiva o inductiva. Podéis empezar dejando clara vuestra tesis general, para luego ir desarrollando, de forma ordenada y coherente, enlazándolos por nexos y dividiendo en párrafos, los argumentos que antes habíais pensado; o bien podéis empezar dando argumentos concretos, para finalmente presentar vuestra tesis como una conclusión que se deduce de todo ello. En todo caso, recordad que lo más útil es empezar por una introducción, seguir por un desarrollo claro y ordenado, y terminar con una conclusión en la que reforcéis o destaquéis aquello que creáis pueda resultar más convincente (que es vuestro objetivo al argumentar: convencer al que os lee, "venderle" que tenéis razón... y que os lo compre).
Una vez que tengáis los argumentos y la estructura, lanzaos a redactar con el objetivo claro de convencer. Para ello es primordial que "enganchéis" al jurado (nada de ser aburridos o confusos). Intentad llamar su atención y que se meta en vuestro razonamiento. Luego, debéis hacerle pensar como vosotros pensáis, y para eso están los recursos retóricos: metáforas y comparaciones llamativas, elocuentes, expresivas, que destaquen una idea o apelen a la emotividad, interrogaciones retóricas para que se plantee lo mismo que vosotros os planteáis, adjetivos que hagan atractiva o contundente vuestra opinión, ironía, efectos humorísticos, enumeraciones enfatizadas por anáforas o paralelismos... Cuidad mucho, muchísimo, el final del texto (esto lo saben muy bien políticos y abogados, por ejemplo), porque si en otras cosas la primera impresión es la que cuenta, en las argumentaciones suele ser la última, que es la que da el "sabor" con el que el lector se va a quedar en la boca.
Una vez que tengáis vuestro texto, es el momento de elegir un título, que (ya lo veís en los ejemplos), es conveniente también que sea lo más llamativo y elocuente posible.