Los textos argumentativos son aquellos que mantienen determinadas ideas o principios basándose en el razonamiento.
Argumentar es, pues, aportar razones para defender una opinión. Lógicamente, tal defensa implica la existencia de un interlocutor que, real o hipotéticamente, pudiera no estar de acuerdo con la tesis expuesta y al cual queremos convencer.
Los textos argumentativos tienen, pues, como principal finalidad la de influir sobre el receptor (función apelativa), de manera que llegue a aceptar nuestras ideas y, en su caso, desarrollar determinados comportamientos. Para ello, podemos confirmar nuestro pensamiento o refutar las opiniones contrarias.
En cualquier caso, debemos ser respetuosos y exponer nuestras razones de forma ordenada y coherente. Las posturas violentas o de fuerza ceden ante una declaración serena y bien razonada.
Argumentar es, pues, aportar razones para defender una opinión. Lógicamente, tal defensa implica la existencia de un interlocutor que, real o hipotéticamente, pudiera no estar de acuerdo con la tesis expuesta y al cual queremos convencer.
Los textos argumentativos tienen, pues, como principal finalidad la de influir sobre el receptor (función apelativa), de manera que llegue a aceptar nuestras ideas y, en su caso, desarrollar determinados comportamientos. Para ello, podemos confirmar nuestro pensamiento o refutar las opiniones contrarias.
En cualquier caso, debemos ser respetuosos y exponer nuestras razones de forma ordenada y coherente. Las posturas violentas o de fuerza ceden ante una declaración serena y bien razonada.
Se manifiesta en muchas actividades discursivas características de la vida social, tanto oralmente como por escrito. Así, oralmente se argumenta en la conversación cotidiana, en una entrevista de trabajo, en una tertulia, en un mitin político, en una intervención parlamentaria... Y por escrito la argumentación se manifiesta en editoriales o en cartas al director, entre otros textos. Y existe también un tipo especial de publicidad, la “publicidad de argumentación”, que usa mecanismos de persuasión para vencer reticencias y convencer a los receptores del anuncio.
No obstante, hay quien distingue entre la argumentación propiamente dicha y la persuasión. Así, la argumentación propiamente dicha tendría como objeto convencer al receptor mediante argumentos lógicos, objetivos y racionales; por el contrario, en la persuasión se trataría de convencerlo apelando a razones de tipo emocional o afectivo. El caso más característico de persuasión es el de algunos anuncios publicitarios.
No obstante, hay quien distingue entre la argumentación propiamente dicha y la persuasión. Así, la argumentación propiamente dicha tendría como objeto convencer al receptor mediante argumentos lógicos, objetivos y racionales; por el contrario, en la persuasión se trataría de convencerlo apelando a razones de tipo emocional o afectivo. El caso más característico de persuasión es el de algunos anuncios publicitarios.
elementos de la argumentación
- La TESIS es la idea fundamental en torno a la que se reflexiona. Puede aparecer al principio de la argumentación o al final, según empleemos un método deductivo o inductivo. E incluso puede no hacerse explícita (tesis implícita) para que sea el receptor el que la deduzca.
- El CUERPO DE LA ARGUMENTACIÓN lo constituyen todo el conjunto de razones a las que se denominan argumentos. Con ellos el autor trata de convencer y persuadir al destinatario de lo acertado de la tesis planteada o de refutarla, según si está de acuerdo o no con el planteamiento inicial. Por otro lado, es aquí, en el cuerpo argumentativo, donde deben integrarse las citas, los argumentos de autoridad, los ejemplos... y, en general, todas las técnicas, heredadas de la retórica clásica, que sirven tanto para fortalecer la opinión defendida como para refutar la contraria.
- La CONCLUSIÓN pretende aunar la tesis y los argumentos en una sola idea que resuma aquello que el emisor ha querido transmitir al receptor.
estructura de un texto argumentativo
Al igual que en los textos expositivos, los argumentativos también pueden presentar dos tipos de estructura u organización de ideas:
Los textos argumentativos suelen organizar su contenido en tres apartados:
introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo y conclusión.
El orden en que aparezcan estos tres elementos en el texto depende del efecto que se quiera conseguir y del razonamiento que se siga. Así, por ejemplo, si el método que ha seguido el proceso argumentativo es inductivo la tesis suele aparecer al final del texto. Sin embargo, el autor puede emplear un método deductivo, si parte de la tesis para desarrollar a continuación los argumentos que la sustentan.
- Deductiva (de lo general a lo particular): se introduce la tesis y luego se repasan los argumentos concretos que la apoyan.
- Inductiva (de lo particular a lo general): primero se enumeran los argumentos y finalmente se presenta la tesis a modo de conclusión final.
Los textos argumentativos suelen organizar su contenido en tres apartados:
introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo y conclusión.
- En la INTRODUCCIÓN se plantea el tema que se va a tratar y, en ocasiones, puede estar presente también la tesis.
- El DESARROLLO o CUERPO ARGUMENTATIVO está constituido por los argumentos que el emisor aporta para defender su tesis e intentar convencernos de ella.
- La CONCLUSIÓN contiene un resumen o síntesis de las ideas expuestas en el texto. En ocasiones, se puede cerrar el escrito con una interrogación, una exhortación o una frase ingeniosa que dé un buen broche final al texto.
El orden en que aparezcan estos tres elementos en el texto depende del efecto que se quiera conseguir y del razonamiento que se siga. Así, por ejemplo, si el método que ha seguido el proceso argumentativo es inductivo la tesis suele aparecer al final del texto. Sin embargo, el autor puede emplear un método deductivo, si parte de la tesis para desarrollar a continuación los argumentos que la sustentan.
tipos de argumentos
En el cuerpo de la argumentación el emisor defiende su tesis utilizando argumentos de distinto tipo. Algunos de ellos son los siguientes:
El emisor del texto, en ocasiones, para defender su tesis, puede utilizar argumentos que la apoyen e, inmediatamente después, destruirlos mediante razonamientos lógicos. La refutación es un procedimiento agresivo, pero efectivo.
- •Argumentos basados en la deducción lógica o el razonamiento: argumentos que se basan en la relación entre ideas; por ejemplo Si A es B, y C es A, luego C es B:
- •Argumentos de autoridad: utilizar las ideas o palabras de un personaje famoso, prestigioso, conocido o especialista en el tema sobre el que argumentamos
- •Refranes, máximas, proverbios.
- •Argumentos basados en las consecuencias positivas o negativas de un hecho:
- •Ejemplos y datos concretos. Aquí pueden incluirse también conclusiones a partir de experimentos y “estudios”, o anécdotas y sucesos reales.
- •Argumentos basados en la emotividad: convencer provocando sentimientos positivos o negativos en el receptor.
- •Argumentos basados en la analogía: utilizar el parecido o semejanza entre dos hechos.
- •Refutar posibles argumentos contrarios:
- •Argumentos basados en la primera persona: contar en primera persona algo que uno ha vivido o presenciado para dar más veracidad a los argumentos.
El emisor del texto, en ocasiones, para defender su tesis, puede utilizar argumentos que la apoyen e, inmediatamente después, destruirlos mediante razonamientos lógicos. La refutación es un procedimiento agresivo, pero efectivo.
CARACTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS
El texto argumentativo es un texto subjetivo, que defiende una opinión personal con el propósito de convencer, persuadir al receptor, lo que supone a veces modificar su opinión.
Por eso, son frecuentes palabras valorativas (adjetivos y adverbios valorativos), incluso emotivas, y el uso de la primera persona, exclamaciones o interrogaciones.
También son frecuentes todos los recursos retóricos que hagan más expresiva, convincente, llamativa y, si es necesario, emotiva la argumentación (metáforas, comparaciones, metonimias, paralelismos, etc.)
Es muy importante una adecuada división en párrafos y el uso de nexos y conectores que enlacen los argumentos entre sí y estos con la tesis.
Por eso, son frecuentes palabras valorativas (adjetivos y adverbios valorativos), incluso emotivas, y el uso de la primera persona, exclamaciones o interrogaciones.
También son frecuentes todos los recursos retóricos que hagan más expresiva, convincente, llamativa y, si es necesario, emotiva la argumentación (metáforas, comparaciones, metonimias, paralelismos, etc.)
Es muy importante una adecuada división en párrafos y el uso de nexos y conectores que enlacen los argumentos entre sí y estos con la tesis.
TEXTO ARGUMENTATIVO by Juanita Hammond on Scribd
TAREA
actividad 24 (PÁG. 195)
ANÁLISIS DE UN TEXTO ARGUMENTATIVO
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HERRAMIENTAS ÚTILES PARA LA CONTRA-ARGUMENTACIÓN:
las falacias
Por último, recordaremos también que, algunas veces, los argumentos empleados por el emisor son FALACIAS (del latín fallacia, “engaño”), también denominadas paralogismos (del latín paralogismus) . Se trata de argumentos que parecen válidos pero no lo son, y que son utilizados de forma intencionada para persuadir o manipular al receptor. A veces las falacias son muy sutiles y difíciles de detectar, por lo que es preciso prestar especial atención para identificarlas correctamente, ya que descubrir una falacia equivale a invalidar el argumento “falaz”. Entre las falacias más frecuentes, tenemos las siguientes:
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- Sofisma patético (phatos = emoción). Se apela a los sentimientos y no a la razón. Muy utilizado en los mítines políticos. Ej: “Todo el que me conoce sabe que no soy una persona que ocupe un cargo público con la intención de enriquecerse, por lo que todas las acusaciones que han vertido sobre mí son completamente falsas”.
- “Ad populum” o sofisma populista. Consiste en dar por cierto algo por el mero hecho de que así opina la mayoría.
- Falacia de la falsa autoridad. Se cita una autoridad, pero que no está relacionada con la materia de la que se habla.
- “Ad baculum” o falacia “a base de palos”. Consiste en sostener la validez de una idea mediante la amenaza, el miedo o el abuso de la posición propia. Ejemplo: “Si no haces lo que te digo, atente a las consecuencias”.
- Falacia casuística (generalización a partir de un caso concreto). Se dice a menudo que la excepción confirma la regla; sin embargo, esta falacia consiste en invalidar una regla basándose en alguna excepción. Por ejemplo, como un determinado político español no sabe hablar inglés, ningún político habla con propiedad dicha lengua.